El cuento de La bruja Halley

Érase una vez, en un paraíso donde no existía ni el día ni la noche:
un lugar de ensueño donde unicornios y dragones eran parte de la fantasía del viejo reino.
Donde gobernaba un rey cruel y despiadado rechoncho como una pelota de playa, con una barba larga y espesa que le alcanzaba el cinturón. Decían que era tan cruel porque se sentía feo y desdichado.
Una vez, paseando por las galerías de su castillo se asomó a uno de los ventanales y vio a una aldeana. Tan bella y tan humilde era que se enamoro de ella al instante, pero pensó que al ser tan poco agraciado jamás la tendría, por lo que recurrió a la bruja mas poderosa del reino.
Se decía que la hechicera tenía tantos años que podría ser la madre del primer iluminado. Los iluminados, que así se llamaban los seres  de ese reino, le tenían miedo e intentaban no acercarse mucho a ella.
El rey quería tener a la bella mujer a toda costa y firmó un pacto con la bruja.
-El primer vastago será sacrificado en ofrenda al poder de la magia negra.- Dijo la bruja tendiéndole el pergamino  del contrato.
El rey ilusionado firmó sin pararse a pensar y la bruja le dio una pócima que, al beberla, le concedería un deseo: el deseo más profundo de su corazón.
Así fue como el rey por fin obtuvo lo que más deseaba, que era el amor eterno de la aldeana.
Pasaron los años como si fueran minutos, vivieron felices hasta un día que la aldeana le comunico al rey que estaba embarazada.
Todo el castillo cayó en tinieblas y el rey asustado hizo lo único que podía hacer: escondió a la aldeana con su futuro hijo en lo mas profundo del reino.

Pasaron nueve meses y la bruja se presentó en el castillo. Al enterarse de la treta del rey monto en cólera. El pacto se había roto y solo una maldición contentaría a la bruja.
Se retiro a su cueva, saco un viejo libro de una estantería y se dispuso a crear la maldición más poderosa jamás creada. El rey pensaba que su familia estaba a salvo por lo que dispuso una nueva ley.
-Toda bruja de este reino, será condenada a la hoguera por conspirar contra las leyes naturales.-Dispuso el rey.

El reinado se tornaba cada día más oscuro, la bruja tenía el maleficio preparado pero tendría que esperar a que estuviera reunida la familia.
Cuando los soldados creyeron acabar con todas las brujas, el rey mando a buscar a sus queridas esposa e hija. Fue entonces cuando la bruja aprovechó la insensatez del rey para presentarse en palacio.
-Has roto un pacto y pagarás por ello.-Dijo la bruja tomando por sorpresa a la familia.
-Tu hija Luna, Vivirá como hasta ahora alrededor de su madre observándola sin poder tocarla- Dispuso la bruja encerrando a la heredera en una esfera de luz.
-Tu esposa Tierra, hara justicia a su belleza. Vivirá para concebir muchos hijos, los cuales intentaran destruirla y aprenderá sobre la vida y la muerte.-Dijo la bruja encerrándola en una esfera de luz al igual que su hija.
-Tu tendrás la peor suerte, serás el rey mas brillante y poderoso que jamás existió. Todos giraran a tu alrededor pero no podrán tocarte, pues si lo hacen morirán calcinados.-La bruja lo envolvió en otra esfera de luz y todo se volvió blanco y, en el momento final dispuso.
-Yo, la bruja Halley viviré para que este pacto no se rompa, orbitaré alrededor del gran rey y sólo me vera su familia cada vez que se marchite una generación.-

Así fue como el viejo reino desapareció y hoy en día tomamos al sol por el astro rey, la luna como la eterna vigilante de nuestros sueños y la tierra como nuestra madre.

Fin


                                                                                                    Lorne Rouge